Rejuveneciendo a tu papa...cito

Hace algún tiempo un paciente vino a mi consultorio, me preguntó por diferentes tratamientos y luego de tenerme una hora en frente de él preguntándome miles de cosas, (casi le explico un tratado de Medicina Estética), me dijo: bueno yo solo quería conocer los tratamientos, pero en realidad no me voy a hacer ninguno y no pienso quitarme ni arrugas ni manchas por que yo quiero envejecer dignamente, y además esos son tratamientos para mujeres… ¿ Y quién dijo que envejecer dignamente significa envejecer con una piel deteriorada? ¿ Y desde cuándo los tratamientos de belleza son exclusivos para mujeres y más aún si existen los medios económicos para evitarlo?

Verse bien es hoy en día una necesidad que influye desde lo físico, psicológico, social, laboral y sobre todo sexual; eso de la química viene después. Ellas nos prefieren mayorcitos, con experiencia , pero en buen estado, y aunque haya pasado la moda del hombre metrosexual, la moda de tener un buen aspecto jamás pasará.

Normalmente las mujeres mayores no traen a sus esposos de la misma edad o similar a consulta; sin embargo, las mujeres jóvenes acostumbran traer a sus novios, a sus esposos y a sus papás.

El otro día llegó una joven de 20 años con un señor de 52, al que llamó “papi” todo el tiempo. En la consulta ella era la más interesada por saber sobre los tratamientos que le podíamos realizar. Me decía: es que mi papi tiene un poco de papada; mi papi tiene los cachetes un poco descolgados; mi papi tiene arrugas en la frente; mi papi tiene manchas en la piel. Yo como todo un médico erudito y conocedor absoluto de los temas de la estética, “bueno modesto también”, empecé a hacer las sugerencias indicadas para el caso: Primero un Thermage, para reafirmar la piel del rostro, reducir papada y cachetes, y después un Láser Active FX para eliminar manchas, cerrar poros y rejuvenecer la piel de tu papá… Cuando terminé de hablar me di cuenta por su cara de preocupación que la había embarrado. No era su papá, era su Papa…cito.

Para intentar arreglar las cosas di un segundo vistazo a la situación y, por supuesto, con una absoluta solidaridad de género les dije que en realidad él no se veía mayor y ella tenía una apariencia muy juvenil; también le dije que no se preocupara porque el tratamiento que le íbamos a realizar lo dejaría como en sus mejores tiempos.

La verdad, la edad no importa si existen los recursos tecnológicos adecuados y vamos al sitio indicado porque todos podemos vernos como unos papa…citos. Eso también influye.

Y es que el cuidarse y verse bien, hace rato dejó de ser exclusivo para famosos: cantantes, actores y modelos. Hoy en día quererse, consentirse y cuidarse es realmente tener amor propio. Además la belleza está al alcance de todos; bueno, por lo menos de la inmensa mayoría. No hay excusas para una apariencia envejecida y descuidada. Una apariencia juvenil siempre abre puertas, y recalco: ¡todas las puertas!

Pero hay que tener cuidado de no ir al lugar equivocado. Fácilmente uno se equivoca y yendo por lana sale trasquilado, con silicona y con biopolímeros en todo el rostro, que en vez de dejarlo a uno bien lo deja deforme,

Lo que se debe evitar es la aplicación de estos productos por manos inexpertas, que pueden dejar al paciente con las cejas tipo “Mr. Spock”, el de Viaje a las Estrellas, y con una cara paralizada, rígida e inexpresiva. Hay que saber en manos de quién colocamos nuestro rostro y cuerpo, cuando asumimos el legítimo derecho de sentirnos bien.

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